INTRODUCCIÓN
En primer lugar, me gustaría reafirmar lo mencionado en un análisis anterior. Estamos atravesando momentos únicos a nivel mundial, social y político. Lo que ocurra en el mundo no será ajeno ni estará exento de impacto en la República Argentina.
Los tres planetas transpersonales —Urano, Neptuno y Plutón—, que marcan el pulso colectivo y los grandes procesos de transformación de la humanidad, cambiarán de signo definitivamente a lo largo del año 2026/27. Este hecho no es menor: representa el cierre de un ciclo global, humano, social y el inicio de otro completamente nuevo.
En 2026 Urano ingresará definitivamente en Géminis, promoviendo un cambio radical en la forma de comunicar, pensar, aprender y relacionarnos con la información. Se trata de una revolución mental y tecnológica sin precedentes, donde el conocimiento, la inteligencia artificial y las nuevas formas de intercambio de datos se convierten en el eje de la evolución humana.
Neptuno entrará en Aries, marcando un nuevo ciclo espiritual y simbólico. Lo colectivo comenzará a buscar nuevos ideales, más orientados a la acción, al coraje y a la necesidad de volver a creer en algo que inspire, pero desde un enfoque más directo y menos ilusorio. Es el despertar de una fe que impulsa, que se pone en marcha, pero también el riesgo de fanatismos o cruzadas ideológicas si no se canaliza con conciencia.
Por su parte, Plutón ya se encuentra avanzando por Acuario, signo con el que tiene una afinidad natural. Su tránsito simboliza la transformación profunda de los sistemas sociales, tecnológicos y políticos. Acuario representa lo colectivo, las redes, las masas y el progreso. Plutón allí desmantela los viejos modelos de poder concentrado para dar paso a una nueva distribución, donde el conocimiento y la información se vuelven las verdaderas fuentes de poder.
La conexión entre estos tres gigantes —Urano, Neptuno y Plutón— generará un flujo de renovación global, una red de transformaciones simultáneas en distintas áreas del mundo. No se trata de un cambio aislado, sino de un proceso perfectamente articulado.
Estamos entrando en una etapa donde el pensamiento (Géminis), la visión (Aries) y la transformación (Acuario) se entrelazan para dar forma a un nuevo paradigma de humanidad, más interconectado, consciente y orientado hacia la innovación.
Plutón en Acuario responde a Urano, su dispositor, que estará transitando Géminis. Esta combinación de signos de aire pone el foco en la libertad, la innovación y la autonomía. Representa un cambio de paradigma donde el poder ya no se mide únicamente en recursos materiales, sino en conocimiento, inteligencia colectiva y capacidad de adaptación.
Ambos planetas en signos de aire promueven una nueva mentalidad global, orientada al intercambio de ideas, el desarrollo tecnológico y la cooperación entre redes más horizontales y descentralizadas. En el caso de Argentina, esto podría traducirse en una transformación del modelo productivo hacia un esquema donde el capital humano, la educación, la ciencia y la comunicación se vuelvan los principales motores de desarrollo.
A nivel económico, esta configuración puede impulsar nuevas formas de comercializar, innovar y generar valor, tal vez desde una perspectiva más autónoma o incluso proteccionista, donde se busque fortalecer los recursos propios y reducir la dependencia de estructuras externas. Plutón en Acuario desmantela los sistemas obsoletos, mientras Urano en Géminis impulsa la creación de nuevos circuitos de intercambio, comercio y conocimiento.
- El año 2026 será especialmente relevante, ya que se perfeccionará la conjunción entre Saturno y Neptuno en Aries, abriendo un nuevo ciclo de reestructuración global, tanto a nivel político como social. Las últimas conjunciones entre estos dos planetas ocurrieron en años decisivos: 1989 (caída del Muro de Berlín), 1953 (muerte de Stalin) y 1917 (Revolución Rusa), entre otros hitos históricos. Cada una de estas conjunciones representó momentos de derrumbe de estructuras obsoletas y el surgimiento de nuevos modelos sociales y de poder.
Esta nueva conjunción Saturno/Neptuno manifiesta y concreta el cambio de era que venimos atravesando, potenciado además por la entrada de Plutón en Acuario, evento que no ocurría desde 1778. Plutón en Acuario inaugura un clima revolucionario, científico, tecnológico y colectivo, donde el poder se descentraliza y las masas adquieren protagonismo.
Plutón, además, formará aspectos con los otros transpersonales —Neptuno en Aries y Urano en Géminis— hasta aproximadamente el año 2028. Por tanto, nos encontramos en un período de transformación profunda, en las puertas de un cambio de paradigma global. A partir de 2031, ingresaremos definitivamente en una nueva era, con una humanidad reorganizada bajo valores y estructuras muy distintas a las actuales.
REPERCUSIÓN DEL CONTEXTO GLOBAL PARA LA ARGENTINA.
Dicho esto, lo que ocurra a nivel mundial no será ajeno a la Argentina. Urano, transitando el signo de Géminis, promueve un cambio radical en la forma de comunicar, de pensar y de potenciar el intelecto humano, proceso que se ve amplificado por la presencia de Plutón en Acuario. El poder de la innovación tecnológica será determinante: puede ser utilizado para crear o para destruir, tal como ocurrió en la década de 1940 con la invención de las bombas atómicas, cuando Urano y Plutón también se encontraban en signos de aire.
Considero que en estos años el clima mundial, social y político está en plena etapa de reacomodamiento, y que aquellos países que logren adaptarse, proponer algo nuevo, distinto o verdaderamente innovador serán los que mejor se perfilen en el nuevo escenario global.
Tomando en cuenta la conjunción Saturno–Júpiter de diciembre de 2020 en Acuario (calculada para la hora de Buenos Aires), se observa que la Argentina se encuentra entre los países precursores de este reacomodamiento mundial, con el Medio Cielo de dicha carta precisamente en Acuario. Este detalle es clave: el punto más alto del mapa —el lugar de la proyección y del destino colectivo— se alinea con el signo de la innovación, la tecnología y las transformaciones sociales.
Plutón y Urano vuelven a ser los grandes protagonistas de este proceso, ya que son los planetas que encarnan el impulso de ruptura, evolución y cambio de paradigma. Urano simboliza el despertar, la libertad y la capacidad de reinventar lo conocido, mientras que Plutón profundiza, desmantela y reconstruye sobre nuevas bases. Su interacción marcará los próximos años como una etapa de reestructuración total del orden social y político, donde las viejas jerarquías ceden paso a formas más horizontales, tecnológicas y cooperativas.
Con esta conjunción Saturno–Júpiter de 2020 comienza oficialmente una nueva era de conjunciones en signos de aire, luego de más de dos siglos de haberse dado casi exclusivamente en signos de tierra. Este cambio de elemento inaugura un ciclo de predominio del conocimiento, la comunicación, la información y las redes, reemplazando la estabilidad material y las estructuras rígidas por la flexibilidad, la inteligencia y la conectividad global.
El elemento aire propone una humanidad más interconectada, donde el poder ya no se basa tanto en la posesión de recursos físicos, sino en el acceso a la información, la innovación tecnológica y la capacidad de adaptarse a los cambios. En este contexto, la Argentina, con su Medio Cielo acuariano, tiene el potencial de posicionarse como un espacio de pensamiento, experimentación e intercambio de ideas, si logra dejar atrás inercias del pasado y apostar a la educación, la ciencia y la creatividad como motores de desarrollo.
En un informe anterior mencioné que Urano está transitando la casa VIII de la carta natal de la República Argentina, lo cual representa grandes transformaciones en los recursos del país, en su relación con las inversiones extranjeras y en el manejo de la deuda ( casa VIII). La casa VIII, además de regir los recursos compartidos, préstamos, inversiones, también se vincula con los ciclos de muerte y regeneración, por lo que este tránsito sugiere un proceso intenso de redefinición económica y financiera. Es decir, Urano en casa VIII puede traer tanto fuertes inversiones, como también fuertes préstamos, o deudas.
No resulta casual que en estos años se hable tanto del “uranio”, justo cuando Urano —planeta asociado a la tecnología, la energía y lo nuclear— transita la casa VIII de la carta natal del país. El simbolismo es elocuente: estamos frente a un ciclo donde los recursos energéticos, naturales y estratégicos se convierten en un eje central del debate político y económico argentino, y será determinante el tipo de decisiones que se tomen en relación a estos temas.
Con Urano transitando la casa VIII, se vuelve urgente la necesidad de innovar y de transformar la manera en que el país gestiona su economía y sus recursos compartidos. Este tránsito impulsa un cambio profundo en el modelo financiero, que puede traer oportunidades de inversión y crecimiento si se canaliza de forma creativa, pero también riesgos si se actúa con improvisación o dependencia externa.
La última vez que Urano se encontraba en Géminis transitando la casa VIII de Argentina fue en los años 40, una etapa en la que el país ya venía, desde la década del 30, atravesando la transición de un modelo agroexportador hacia la sustitución de importaciones. Aquel período marcó uno de los cambios más profundos en materia económica y comercial de la historia nacional.
Este giro no fue casual: ocurrió como consecuencia del crack de 1929 y de factores externos que golpearon la economía mundial, forzando a la Argentina a modificar su manera de producir, comerciar y sostener su estructura económica. Urano, símbolo de lo inesperado y de la necesidad de cambio, actuó entonces como detonador de una transformación estructural.
Por tanto, ahora que Urano vuelve a transitar Géminis y la casa VIII del país, se hace nuevamente evidente —y necesario— un cambio de modelo económico. Este tránsito anuncia una etapa de redefinición profunda de cómo se administran los recursos, las finanzas y las alianzas internacionales, invitando a la innovación, la autonomía y la creación de un sistema más flexible frente a los cambios del contexto global.
En un contexto de creciente tensión global y reconfiguración del orden económico mundial, la casa VIII señala los vínculos financieros con el exterior, los préstamos y las deudas. Por eso, bajo esta influencia, será fundamental no depender en exceso de capitales o acuerdos con países que atraviesen sus propias crisis o transformaciones estructurales. Urano demanda autonomía y visión de futuro: propone crear nuevas fuentes de valor, explorar tecnologías limpias, energías alternativas o modelos productivos más descentralizados.
En definitiva, este tránsito marca un punto de inflexión: la economía argentina debe reinventarse o quedará atrapada en viejos esquemas de dependencia. Urano no busca estabilidad inmediata, sino renovación a largo plazo. Lo que se logre gestar durante estos años, con creatividad, audacia y apertura mental, puede sentar las bases de un nuevo modelo económico más libre, innovador y autosustentable para la próxima década.
RETORNO DE URANO DEL PERONISMO.
Cabe mencionar también que el peronismo, tomando como referencia la primera asunción de Juan Domingo Perón el 4 de junio de 1946, tiene a Urano en el grado 18 de Géminis. Este dato es sumamente relevante, ya que actualmente Urano ha vuelto a ingresar en el signo de Géminis después de 84 años, iniciando el preludio de su retorno uraniano, que se perfeccionará hacia 2029–2030. Es decir, estamos viendo el cierre de todo un proceso de 84 años, donde viejas estructuras están cayendo, para dar espacio a lo nuevo que viene.
Este tránsito marca una reconfiguración total y profunda dentro del movimiento peronista: Urano, planeta del cambio, la revolución y la ruptura con lo establecido, regresa al mismo punto donde se encontraba en el nacimiento simbólico del peronismo, anunciando una etapa de transformación radical en su estructura, discurso e identidad. Lo que durante décadas se sostuvo como un modelo o una ideología estable, entra ahora en un proceso de reinvención inevitable.
El retorno de Urano nunca es suave: implica liberación, renovación y, muchas veces, fracturas internas. El movimiento puede experimentar divisiones, redefiniciones ideológicas o incluso la aparición de nuevas corrientes que lo reformulen desde otro lenguaje, más acorde a los tiempos de aire que se abren con Plutón en Acuario.
A su vez, la conjunción Saturno–Neptuno en Aries, junto al tránsito previo de Saturno por Piscis ( signo afín al peronismo ), funciona como un cierre de ciclo para este movimiento político. Saturno en Piscis representa el final de una estructura que se disuelve: un sistema que ya no encuentra sustento en sus bases originales. Es una etapa en la que lo simbólico y lo real se confrontan, dejando al descubierto aquello que perdió consistencia, pero al mismo tiempo preparando el terreno para una nueva forma de organización, más flexible, idealista o espiritualizada.
Si el peronismo continúa aferrándose al pasado, a figuras mesiánicas o a narrativas que ya no dialogan con el presente, el golpe de Urano —la energía de renovación, ruptura y reinvención— será aún más fuerte y abrupto. Urano no negocia: irrumpe para liberar, y cuando una estructura se resiste al cambio, lo que produce es una fractura.
Por eso, el retorno de Urano en 2029 puede vivirse como una oportunidad de modernización y de relectura de su propio legado, o como un proceso de disolución y fragmentación interna. Todo dependerá de la capacidad del movimiento para reinventarse y conectar con las nuevas generaciones, con las ideas de libertad, tecnología y descentralización que caracterizan a esta nueva etapa histórica marcada por Plutón en Acuario.
En conjunto, estos movimientos planetarios indican que el peronismo está entrando en un proceso de mutación histórica, donde se redefine su rol dentro del nuevo orden político y social argentino. Lo que fue símbolo de poder y arraigo popular deberá transformarse profundamente para sobrevivir a este cambio de era, o de lo contrario, corre el riesgo de fragmentarse y perder su fuerza representativa en el nuevo paradigma que se está gestando.
Finales de 2025, 2026 y Presidenciales 2027 – MILEI Y LA ARGENTINA
Durante lo que resta de 2025, Saturno transitando el grado 25 de Piscis y Júpiter en los grados 24-25 de Cáncer formarán excelentes aspectos con el Venus natal en Escorpio de Milei. Es la misma configuración que lo consagró en las elecciones de octubre de 2023, marcando un cierre de año con cierta estabilidad y apoyo.
Sin embargo, hacia la segunda quincena de noviembre, la oposición entre Urano y Neptuno puede volver a activar tensiones similares a las de junio de 2025. Considero este período como el más complejo y desafiante del año, tanto en lo social como en lo político, con posibles episodios de confusión o desorganización en el plano colectivo.
2026
Enero – Febrero – Marzo
Desde el 22 de enero hasta el 10 de febrero se percibe un período de mayor restricción y límite personal. Saturno cuadrará su Ascendente, al tiempo que opondrá a Plutón natal.
Además, durante este primer trimestre Saturno y Neptuno estarán en oposición a su Marte natal en Libra, regente del Medio Cielo. Estos meses pueden ser los más exigentes del año para Milei y su gobierno, con posibles tensiones internas, desacuerdos dentro del gabinete o revisiones de decisiones previas.
Abril
La primera quincena mantiene un clima tenso. Saturno se unirá a Quirón en Casa IX, pudiendo señalar temas de orden legal, judicial o académico, así como necesidad de revisión ideológica. Tensiones internacionales que repercuten sus iniciativas o propuestas.
A la vez, Marte en tránsito oponiéndose a su Marte natal sugiere precaución en cuestiones de movilidad y salud.
Además entre Marzo y Abril 2026, Quirón estará transitando Aries en la casa VII de la Argentina, opuesto al ascendente. No es un tránsito fácil, puede promover cierta desestabilización en el país durante estos meses. A su vez Júpiter estará conjunto al mediocielo Cáncer y Sol conjunto al MC del país, promoviendo un clima tal vez de extrema confianza dentro del gobierno, generando cierta disonancia entre lo que se vive y la realidad. El exceso de confianza, de optimismo, de presidencialismo en este contexto, puede ser inoportuno. Saturno cuadrando a Mercurio, regente de casa IX, y XII, algún tema internacional que no favorezca al país, atención sobre todo en temas bélicos, a nivel mundial. Si Mercurio rige casas IX (extranjero, altos estudios, filosofía, leyes internacionales) y XII (secretos, adversarios ocultos, instituciones que están fuera de la visibilidad) en la carta del país entonces un aspecto duro de Saturno hacia Mercurio puede señalar: restricciones, frenos, complicaciones comunicacionales, desacuerdos internacionales, comerciales, negociaciones que se traban, aparente retroceso diplomático. En el plano internacional, habrá que prestar atención a frenos o bloqueos comerciales inesperados: acuerdos que se demoran, negociaciones que se enfrían, presencia del país en el mundo que tropieza con obstáculos (Saturno → Mercurio). Esto podría manifestarse en controversias mediáticas, eventos diplomáticos que no salen como se esperaba, o repercusiones negativas de conflictos globales que afectan la percepción del país.
Considero que durante los meses de MARZO-ABRIL, el clima a nivel mundial, social y político, no ayudará al país. Recordemos además que durante estos meses, Saturno ya comienza la fase creciente de su ciclo sinódico con Neptuno en Aries Es decir, aquello que estaba quieto a nivel mundial en términos de conflictos bélicos ( Aries ) comenzará a moverse, iniciando un proceso profundo de reestructuración del poder y de las estructuras gobernantes. Sobre todo las potencias mundiales, Rusia, China, EEUU, etc.
Tener los pies en la Tierra durante estos meses, Quirón, que representa la herida, la vulneración, está en la casa VII de los enemigos declarados. Unirse como pueblo será fundamental durante estos meses.
Mayo – Junio – Julio:
A partir de Junio comienza un tono más favorable. Júpiter transitando Cáncer hará aspectos armónicos a su Saturno y Plutón natales, aportando reordenamiento, acuerdos y mayor sostén institucional.
En julio, Júpiter en sextil a su Marte natal (regente del Medio Cielo) puede reflejar una recuperación del dinamismo profesional, anuncios positivos o repunte de la imagen pública.
Agosto – Septiembre:
En agosto, Júpiter hará conjunción a su Luna natal —corregente de su Ascendente— y luego, hacia mediados de septiembre, formará trígono con su Medio Cielo.
Son meses muy propicios para recuperar apoyo popular, reforzar vínculos diplomáticos y mostrar resultados visibles de gestión.
*10 al 12 de Septiembre, Urano estacionario, Marte conjunto al MedioCielo Argentino. Momentos de mayor precaución en el país, sobre todo vinculado a conflictos.
Octubre:
Podría presentar alguna tensión política interna, especialmente dentro de su partido o con sectores aliados, que lo lleven a redefinir estrategias o equipos de trabajo.
Noviembre – Diciembre
El año cierra con energías mixtas. Júpiter en sextil a su Mercurio natal —regente del Ascendente— favorece la comunicación y los acuerdos, pero al mismo tiempo Neptuno se opondrá a su Marte natal (regente del Medio Cielo), generando posibles situaciones de desgaste, pérdida de rumbo o disolución de alianzas.
Hacia fin de año, la oposición exacta de Neptuno a Marte, junto a Quirón oponiéndose a su Mercurio, puede indicar agotamiento físico o discursivo, necesidad de pausa o revisión de su dirección política.
Síntesis general
Finales de 2025: estabilidad relativa con picos de tensión hacia noviembre.
Primer trimestre de 2026: el momento más crítico, con desafíos estructurales y posibles conflictos internos y externos. Clima complejo a nivel mundial, social, y comercial.
Mitad de 2026: recomposición y nuevos apoyos.
Segundo semestre: mejora visible entre julio y septiembre, aunque el cierre del año exige prudencia ante el desgaste y las ilusiones poco realistas.
PRONÓSTICO PRESIDENCIALES 2027.
Análisis de prognosis de la carta natal de Milei para el año 2027.Por Atacir 60, Júpiter direccionado de Milei llega al grado 25 de Libra, en conjunción con su Mercurio natal, regente de su Ascendente en Géminis.
Su voz, su palabra y sus ideas se expanden.
Este mismo Júpiter direccionado, en el grado 25, estará conjunto al Ascendente de la República Argentina, haciendo sincrónico el aspecto entre el líder y el país, lo cual simboliza una alineación entre su destino personal y el destino colectivo.
El Sol direccionado estará en semisextil a Júpiter natal en Escorpio, mientras que Júpiter direccionado formará semisextil con su Venus natal en Escorpio, regente de la Casa XI: su partido político y su red de apoyo.
Si logra pasar las dificultades que considero tendrá sobre todo durante el primer semestre de 2026, por estas configuraciones considero que Milei ganará las elecciones presidenciales de 2027 en caso de presentarse en ese año.
A modo de investigación retrospectiva, en las elecciones de 2023 —cuando se consagró presidente— Júpiter por Atacir 60 hacía conjunción a su Marte natal en Libra, regente del Medio Cielo.
La Luna direccionada se encontraba conjunta al Ascendente natal en Géminis, una clara representación de popularidad y resonancia emocional con el pueblo.
Esta correlación refuerza la evidencia de los aspectos jupiterianos por direcciones simbólicas como indicadores de éxito y expansión, sobre todo al tocar planetas relevantes (regentes del Ascendente o del Medio Cielo).
Habrá que prestar atención también a lo que ocurre a nivel internacional, mundial. Ya en Julio de 2027, Urano llega al grado 8 de Géminis, haciendo el retorno de Urano a la carta natal de Estados Unidos. Momentos de cambios importantes en este país. Durante gran parte de 2027 y 2028.
Contexto simbólico general
Júpiter representa crecimiento, confianza, apoyo, fe colectiva, legalidad, institucionalidad, triunfo y expansión.
Mercurio simboliza pensamiento, comunicación, discurso, negociación, voto y alianzas.
Cuando Mercurio es regente del Ascendente, se convierte en el significador principal de la identidad pública y la proyección personal.
En el caso de un presidente, encarna el “rostro político” con el que la sociedad lo reconoce. Sus palabras se expanden, tienen resonancia.
Cuando un planeta lento y benéfico como Júpiter alcanza por dirección al regente del Ascendente, se produce una amplificación del mensaje personal, junto a una sensación colectiva de confianza y legitimación.
Traducción política y social:
Crecimiento de la popularidad.
Validación institucional y respaldo ciudadano.
Éxito electoral o consolidación del poder.
Proyección internacional del discurso y expansión de alianzas.
Si la conjunción es exacta durante la elección, el simbolismo es directo:
“Júpiter (éxito y expansión) toca el planeta que representa la identidad pública (Mercurio regente del Ascendente).”
Es un aspecto clásico de triunfo, consolidación de imagen y gran exposición mediática.
Atacir 360 – Clave Naibod
Por Atacir 360 con clave Naibod, el Sol direccionado llega al sextil con Mercurio natal en Libra, reforzando la armonía entre su voluntad (Sol) y su palabra (Mercurio).
Marte, regente del Medio Cielo y de su proyección profesional, alcanza el grado 28 de Escorpio, formando trígono con Plutón natal, símbolo de poder, estrategia y control.
A su vez, Plutón direccionado se encuentra conjunto a Venus natal, regente de la Casa XI, reflejando nuevamente el fortalecimiento de su partido político y su estructura de poder.
El único punto a observar es Saturno direccionado, que por esta misma técnica cuadra su Medio Cielo. Este aspecto puede indicar mayores responsabilidades o una etapa de exigencia institucional, aunque no necesariamente restrictiva.
Dado el predominio de aspectos favorables, Saturno aquí actúa como el factor de madurez, más que como un obstáculo, señalando consolidación a través del esfuerzo.
Progresiones secundarias
Mediante progresiones secundarias, el Sol progresado estará en el grado 26 de Sagitario, formando sextil a Mercurio natal, regente del Ascendente.
Nuevamente, el propósito (Sol) y la palabra (Mercurio) se alinean, reforzando el tono de coherencia discursiva, dirección clara y expansión personal.
Es otro indicio de momentos de validación, éxito o renovación del mandato.
Revolución Solar 2027
En su Revolución Solar 2027, Júpiter en Virgo formará trígono con Saturno en Tauro, regente de su Casa XI.
Este aspecto favorece la estabilidad institucional y la fortaleza de su agrupación política, confirmando el mismo patrón de continuidad del poder.
La Casa XI, asociada a la comunidad y los apoyos colectivos, aparece protegida y organizada, una señal clásica de reelección o reafirmación de liderazgo.
Conclusión
La convergencia entre las distintas técnicas —Atacir 60, Atacir 360, Progresiones y Revolución Solar— indica un ciclo de expansión política, madurez institucional y consolidación del liderazgo de Milei.
El predominio de Júpiter en contacto directo con Mercurio (regente del Ascendente) y Venus (regente de la Casa XI) refuerza la lectura de éxito electoral, continuidad del poder y reafirmación de su proyecto político hacia 2027.
Por supuesto, restará analizar quién representará la oposición en ese momento, tanto en su carta personal como en la de su partido. Además, la primera mitad de 2026 plantea un clima bastante desafiante, sobre todo por temas mundiales, internacionales.
Pero, bajo estas configuraciones y si se postula nuevamente en 2027 y sabe sortear las dificultades del 2026/27 a nivel mundial, todo apunta a que Milei mantendrá la conducción del país, en caso de presentarse a elecciones en 2027.
Gracias Santiago por estos analisis, siempre impecable con rigurosidad, ojalá algun día te abras un canal de youtube! Saludos!
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